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Essential Workers, Essential Care

En español

Lauren

I can only control so much 

I’m glad someone is doing this work.  

About My Picture 

Every year we have a parent-child picnic, where [the children] bring picnic baskets and we fill it with food the children prepare, and we’re not doing that this year. Two of my students were quarantining after their trip, so this was our version of what we usually do … super small. 

The children are still happy, and it was still a treat for them. Normally we eat at a picnic table but this time we had the baskets. They didn’t know that this was a completely different experience … because they’re so young, this is just it.  

We just continued in the way we could do it … just realized that the children, just health and happiness was what we really had to be concerned with. We didn’t have [the family picnic] last year, either. Everyone’s just kind of … positive.  

From Our Interview 

Lauren runs an in-home Montessori school for children ages 18 months-3 years, and she voiced a number of unexpected positives that came about during the pandemic. “I’m really fortunate because I’m the owner … and the teacher … this is my business,” she said, referring to how, compared to employees in larger Montessori programs, she could make all decisions on whether to remain open. Another positive Lauren cited was the support from the Montessori community and her licensing team, who gave supplies and encouragement. She also observed positive interactions among the children in her care, saying, “This group appreciates playing with each other …  they’re super excited to play outside, games and imagination, they seem super extra enthused.”   

But operating during the pandemic has not been without concerns. Lauren worried about becoming infected and passing it on to her students. Communication with parents was suboptimal due to changed procedures. Plus, Lauren had trouble sorting through sometimes conflicting federal and state Covid guidelines. 

Most critically, Lauren wondered whether she could persist beyond the initial economic loss she suffered, saying, “Immediately I lost students, it was a financial concern, would they come back?” She avoided enrolling new children to preserve the classroom dynamic and to minimize added infection risk. Following those decisions, Lauren said, “I calculated my hourly wage, and I was like, ‘Don’t do that again!’ I’m willing to not make money for a while, but we’ll close … if I have to socially distance one-year-olds … and if we start losing money.” 

From full interview transcript of 1,034 words

Lauren

No puedo controlarlo todo

Me da gusto que alguien esté haciendo este trabajo

Sobre mi Foto 

Todos los años hacemos un picnic de padres e hijos, donde [los niños] llevan canastas de picnic y las llenamos con comida preparada por los niños, y no lo vamos a hacer este año. Dos de mis estudiantes estaban en cuarentena después de su viaje, así que esto fue nuestra versión de lo que usualmente hacemos … súper pequeño. 

Todavía están felices los niños, y todavía fue un gustito para ellos.  Normalmente comemos en una mesa de picnic, pero en esta ocasión solo teníamos las canastas. Ellos no sabían que esta experienca era totalmente diferente … porque ellos son tan jóvenes, solo es esto. 

Simplemente seguimos de la manera en la que se podía … simplemente nos dimos cuenta de que los niños, o sea, la salud y la felicidad, era lo que en verdad nos tenía que preocupar. No hicimos [el picnic familiar] el año pasado, tampoco.  Todos están como … positivos. 

Nuestra Entrevista  

Lauren opera una escuela Montessori en su casa, para niños entre las edades de 18 meses y 3 años, y ella expresó un número de aspectos positivos inesperados que surgieron durante la pandemia. “Soy muy afortunada porque soy la dueña … y la maestra … es esto mi negocio,” nos dijo, refiriéndose a como, en comparación a empleados de programas de Montessori más grandes, ella podía tomar todas las decisiones sobre mantenerse abierto o no. Otro aspecto positivo que comentó Lauren fue el apoyo de la comunidad Montessori y de su equipo de autorización, que le dio suministros y aliento. Ella también observó interacciones positivas entre los niños bajo su cuidado, diciendo “Este grupo valora jugar entre sí … están súper emocionados por jugar afuera, juegos e imaginación, parecen súper extra entusiasmados.” 

Pero, operar durante la pandemia no es asunto sin preocupaciones. Lauren se preocupaba por contagiarse ella y luego pasárselo a sus estudiantes. La comunicación con padres era subóptima debido a los procedimientos cambiados. Además, Lauren tenía problemas para llegar a entender las pautas federales y estatales para el Covid, que veces se contradecían. 

De más importancia, Lauren se preguntó si podría persistir más allá de la pérdida ecónomica inicial que sufrió, diciendo, “Perdí estudiantes de inmediato, fue una preocupación económica – ¿ellos regresarían?” Ella evitó inscribir a estudiantes nuevos, para preservar la dinámica del salón de clase y para minimizar riesgos adicionales de infección. Tras esas decisiones, Lauren dijo que “Calculé mi salario por hora y yo estaba así de – ‘¡no vuelvas a hacer eso!’ Estoy dispuesta a no ganar dinero por un rato, pero cerraremos … si tengo que hacer distanciamento social con los niños de un año … y si empezamos a perder dinero.” 

De la transcripción de la entrevista completa, de 1,034 palabras